DIARIO MEDICO

30 enero 2018

 

La obesidad debe ser considerada una enfermedad poliédrica

Isabel Gallardo Ponce

 

Reconocer la obesidad como una patología, abordarla de forma integral y conseguir la adherencia al ejercicio físico y a buenos hábitos de vida son algunas de las conclusiones que se extraen de la Jornada Ciencia, Actividad Física y Deporte para prevenir la obesidad, organizada por la Seedo y el Consejo Superior de Deportes, celebrada en Madrid.

 

La reunión es una de las primeras actividades que se enmarca en el acuerdo de colaboración entre la Seedo, su Fundación y el Consejo Superior de Deportes (CSD) para el fomento de la actividad física y de hábitos de vida saludables. Francisco Tinahones, presidente de la Seedo, ha explicado en la inauguración que "la obesidad es un enfermedad poliédrica que necesita un abordaje multidisciplinar. Necesitamos que el mensaje cale en la población. El deporte, al margen de que prevenga la obesidad, hace que incluso los obesos que hacen actividad física sean más saludables y tengan menos comorbilidades".

 

En esa misma línea, María Ángeles del Rey, coordinadora de la Estrategia Naos, ha añadido que la promoción de la actividad física es uno de los determinantes que llevan a una buena salud. "Tenemos que hacer que el entorno facilite una buena alimentación y la práctica de ejercicio físico".

 

Las cifras de obesidad infantil y en adultos no dejan lugar a dudas, es necesario actuar. Se estima que el 43 por ciento de los niños tienen sobrepeso, al igual que el 50 por ciento de la población adulta. Felipe Casanueva, presidente de la Fundación Seedo, ha explicado que el proyecto Prevención de la Obesidad. Aligera tu vida es un programa transversal "Solo una alianza de toda la sociedad logrará paliar este problema de la obesidad que tiene altos costes económicos y sociales".

 

Felipe Isidro Donate, coordinador del Grupo de Trabajo ejercicio Físico y Obesidad de la Seedo, ha ido más allá al pedir que se considere a los profesionales del ejercicio como agentes sanitarios. "Hay que legislar. Queremos que el ejercicio prevenga y trate la obesidad pero necesitamos acciones operativas. Tenemos que intentar que la obesidad, como epidemia del siglo XXI, sea considerada enfermedad no sólo por las comorbilidades que conlleva".

 

Por ello, Isidro ha recomendado que se creen unidades de ejercicio intrahospitalario y que se aumenten las horas de educación física que se imparten en los colegios. Se trata de crear hábitos que se incorporen a la vida de cada persona. " Si desde la infancia tenemos la idea de que el ejercicio es obligatorio, no opcional, llegaremos más lejos".

 

Isidro también ha hecho hincapié en la necesidad de fomentar el trabajo en el ámbito laboral. "Si nos centramos en todo esto bajarán las cifras de obesidad y de sedentarismo".

 

Prescripción de ejercicio

La realización de ejercicio físico reduce el riesgo de artritis un 47 por ciento, de demencia un 50 por ciento, de diabetes un 58 por ciento, de osteoporosis un 41 por ciento, de ansiedad un 48 por ciento y de mortalidad un 32 por ciento. No obstante, no vale realizar cualquier tipo de actividad, sino que hay que atender a la intensidad, a la frecuencia y al tipo de ejercicio que se va a realizar en función de las características y la edad de cada individuo. En esa dirección se enmarca la Estrategia de fomento de la Actividad Físico-Deportiva y lucha contra el Sedentarismo, de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, según ha explicado Antonio Campos Izquierdo.

 

En el caso de la obesidad, Isidro ha insistido en que no vale con realizar cualquier actividad, sino que es clave realizar ejercicio de fuerza. "El ejercicio cardiovascular poco tiene que hacer con una musculatura enferma". Por ello, para el tratamiento de la obesidad la dosis de ejercicio debe ser pautada valorada y prescrita por un profesional.

 

Obesidad infantil

La importancia de la obesidad infantil no solo radica en su alta prevalencia y su traslación a la vida adulta, sino en que hay múltiples factores determinantes que se asocian con una serie de comorbilidades. "Lo más importante es prevenir en función de dos pilares fundamentales para instaurar el tratamiento: el ejercicio físico y una alimentación adecuada", ha explicado Empar Lurbe, jefe del Servicio de Pediatría del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia.

 

Los datos obtenidos por el estudio Aladino entre 2011 y 2015 indican que el 23,2 por ciento de los niños entre 6 y 9 años tienen sobrepeso y obesidad el 18,3 por ciento. "Existe 9 veces más riesgo de ser obeso entre los 21 y los 29 años si se es obeso entre los 6 y los 9 años, y el riesgo sube al 22 por ciento si la obesidad persiste entre los 10 y los 14 años".

 

Así, el abordaje del niño obeso no debe centrase solo en el IMC, que también, sino que tener en cuenta las comorbilidades -HTA, resistencia a la insulina, dislipemia- que se presentan. "Recientemente hemos visto que hay alteraciones en la disfunción endotelial y en la capacidad cardiorrespiratoria. Estamos observando que la obesidad es la primera causa de hipertensión pero sobre todo a expensas de la presión arterial sistólica". No sólo eso, sino que a mayor circunferencia abdominal más riesgo de presión arterial alta y de alteraciones metabólicas.

 

Según Lurbe, al abordar al niño obeso es necesario reorganizar los hábitos alimentarios y fomentar la actividad física motivando al niño y a la familia. Para conseguirlo es indispensable individualizar la prescripción de ejercicio y para ello hay que valorar la capacidad cardiorrespiratoria, que será menor cuanto mayor sea la resistencia a la insulina. Lurbe se ha referido al proyecto que pusieron en marcha en el General de Valencia junto a la Politécnica de Valencia para medir con camisetas sensorizadas estos datos e individualizar la prescripción del ejercicio. Esta iniciativa culminó en el Programa Paido, donde se realiza un abordaje integral sanitario y social del niño.

 

"Debemos mantener la tendencia descendente de exceso de peso en la población infantil, mejorar la detección precoz, el abordaje preventivo y el tratamiento multidisciplinar, emplazar el ejercicio físico en los programas preventivos y terapéuticos de la obesidad y comenzar actuaciones específicas de prevención del exceso de peso en la población infantil más vulnerable. O revertimos esta tendencia o probablemente estamos ante una generación con una esperanza de vida mucho menor que la de sus padres".